RIBLA 86: NIÑEZ, háganse niños para entrar al Reino


Cuando en La Habana, Cuba, se forma un grupo de interés para realizar un número de RIBLA dedicado a la niñez y hermenéutica, con emoción y pasión se expusieron las crudas realidades de la niñez de nuestros pueblos de América Latina, al tiempo que se planteaban textos, temas, autores y autoras. Muy lejos estábamos de imaginar el trastocamiento de la vida, la noche larga y oscura que aún no termina. A tres años de pandemia…

¿Cómo han sobrevivido los niños y las niñas este tiempo? ¿Cuáles son las consecuencias sociales, escolares y emocionales que agravan cada vez más la situación y condición de la niñez? Se cuentan por miles las niñas y niños que han quedado huérfanos. ¿Y las otras pandemias? ¿Las otras orfandades? la niñez en la calle, la niñez migrante, la niñez traficante, la niñez cosificada, la niñez prostituida, la niñez en la cárcel, la niñez armada, la niñez sin escuela, la niñez sin voz, la niñez en silencio…
Esto no inició en 2020.
En la historia de la humanidad se acumula una larga historia de olvidos y exclusiones en las políticas del Estado, asistencialistas y “de paso”; en las políticas internacionales, aunque es tan reciente la declaración de los derechos de la infancia; en el ámbito educativo, con la pandemia y el confinamiento que dejó más que visibilizadas las grandes desigualdades para “estudiar en casa”, cuando no hay señal para conectarse o no hay luz para hacer las tareas: a nivel intrafamiliar, donde el desamparo y la falta de cuidado, ante el obligatorio “quédate en casa”, agravó los abusos sexuales -más que nunca- contra las niñas, hubo más violencia de todo tipo, más infanticidios.

Un panorama nada alentador, que llegó como un tsunami, pero que inició hace siglos y que lo que pasó ahora es que emergió lo peor del ser humano.

Las comunidades de fe, viviendo en el mismo barco, también nos vimos, de la noche a la mañana, en un vacío a la distancia, y debimos crear, en la medida de las posibilidades, herramientas que permitieran seguir siendo y haciendo comunidad, en el cultivo y nutrición espiritual. Por supuesto, que la par debimos atender a las necesidades apremiantes: el desempleo, la enfermedad, la pérdida de familiares, la ayuda solidaria y compasiva.

Entonces, ante un “quién dijo que todo está perdido, yo vengo a ofrecer mi corazón”, empezamos a hacerlo todo en colectivo.

Y este es el ofrecimiento de este número de RIBLA: Niñez, háganse niños para entrar al Reino.
No sin esfuerzo, pero sí con orgullo y satisfacción, se logró reunir once textos, de ocho países latinoamericanos. Cada texto es original, profundo y desafiante; todos con una sensibilidad y un compromiso con la niñez; todos desde un trabajo bíblico impecable. Característica de este número es que
mezcla autorías noveles como autorías de referencia de muchos años. Esto refleja lo intergeneracional. También hay diversas experiencias eclesiales, pastorales y educativas.

Con profunda gratitud a cada autor y autora, venimos a ofrecer el corazón. Hicimos una comunidad hermenéutica.

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