«sembró en la piedra, floreció y dejó sus frutos…»
P. ALFREDO SILVA MESQUIDA, un sacerdote que tenía su corazón arraigado en cinco amores: 1) La Eucaristía 2) MARÍA Santísima 3) su ser MISIONERO y 4) su amor incondicional por la PALABRA DE DIOS y todo eso fue lo que generaba 5) su amor a su comunidad, a su pueblo, a su gente,