«O bien yo determino el lugar en el que encuentro a Dios, o bien permito que Dios determine el lugar en el que se encuentra.»

«Si soy yo quien dice dónde estará Dios, siempre encontraré allí a un Dios que de alguna manera me corresponde, me resulta agradable, se ajusta a mi naturaleza.

Pero si es Dios quien dice dónde estará, entonces ese será verdaderamente un lugar que al principio no me es agradable en ningún modo, que no encaja tan bien conmigo. Ese lugar es la cruz de Cristo.

Y quien quiera encontrar a Dios allí, debe acercarse a la cruz de la manera que exige el Sermón de la Monte. Eso no corresponde en absoluto a tu naturaleza [!!]; es, de hecho, completamente contrario a ella.

Pero esta es la llamada de la Biblia, no sólo del Nuevo Testamento, sino también del Antiguo (Isaias 53).»

Dietrich Bonhoeffer, Meditating on the Word (Cambridge, Mass.: Cowley, 1986), 36

Original: carta a Dr Rüdiger Schleicher, el 8 de Abril, 1936.

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