¡La guerra es una locura! ¡Deténganla, por favor!


El domingo pasado en un apasionado llamado para detener la guerra en Ucrania,  el Papa Francisco gritó «¡La guerra es una locura! ¡Deténganla, por favor! ¡Miren que crueldad!».

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By Mike James. Editorial Periódico Catholic Standard, Guyana, 11 de marzo de 2022

Su llamado subrayado por las fotos y videos del sufrimiento y muerte en ambos lados de esta guerra sin sentido, refleja la posición cada vez más firme de la Iglesia en seguir las palabras y el ejemplo de Jesús, que la guerra y la violencia, incluso por “motivos justos” nunca es justificable. Siempre hay soluciones mejores, más humanas y pacíficas a las diferencias entre personas, comunidades, razas y naciones que el recurso a las armas y a la violencia.

Los ucranianos defienden firmemente su derecho a la autodeterminación pacífica desde que se separaron de la Unión Soviética en la década de 1990 y buscan, con el apoyo de Occidente, unirse a la alianza nuclear antirrusa de OTAN para garantizar ese derecho. Los rusos, un pueblo entre los que han perdido más de su población que la mayoría de los demás en las guerras de invasión, desde Napoleón (200.000 muertes) hasta Hitler (más de 20 millones de muertes), quieren garantías de no volver a sufrir pérdidas masivas de vidas similares a través de invasiones del Oeste.

La trágica contradicción es que ambas partes se han preparado para ir y sostener una guerra cada vez más destructiva para lograr su propia existencia pacífica y autodeterminación. Otra contradicción grotesca es que la razón de la existencia de la alianza militar occidental, la OTAN, era combatir el comunismo oriental, mientras que el Pacto de Varsovia pretendía destruir el capitalismo occidental. Hoy, tanto Rusia como Occidente, persiguen objetivos capitalistas. Justificar el riesgo de una guerra nuclear entre Occidente y Rusia porque “el comunismo es malvado y ateo” o “el capitalismo es la peor forma de explotación humana” no es una tarea fácil para los medios de comunicación, los intelectuales y los políticos de ambos lados que instan a luchar hasta el final.

El 2 de marzo, la agencia de noticias italiana informó: “Un curso sobre el gigante literario ruso Fiodor Dostoyevski que había sido cancelado en una universidad de Milán debido a la invasión rusa de Ucrania ahora continuará según lo programado, dijo la universidad el miércoles.

El escritor y profesor Paolo Nori había dicho que el asunto en la Universidad Milano-Bicocca era un caso de censura injustificada y que la literatura no debería ser castigada por las acciones del presidente ruso, Vladimir Putin.

«No solo es una falta ser un ruso vivo en Italia hoy, sino también ser un ruso muerto», dijo Nori, y agregó que Dostoyevski, autor de Crimen y Castigo, los Hermanos Karamazov y otros clásicos, había sido condenado a muerte en 1849 «porque había leído algo que estaba prohibido«.

Euronews, financiado por la Unión Europea, informó que en la frontera polaca con Ucrania, a medida que las colas en la frontera continúan creciendo, surgen testimonios inquietantes y videos de personas negras y morenas que son detenidas sistemáticamente y, en algunos casos, rechazadas por completo de las naciones vecinas.

Fuimos a la frontera de Ucrania y Polonia, pero nosotros, los extranjeros africanos, tuvimos problemas para cruzar”, dice Jean-Jacques Kabea, un estudiante de farmacología congolés que vive en la ciudad ucraniana de Lviv y que se vio obligado a regresar de la frontera.

Los soldados allí, te dicen: ‘Aquí te vas a quedar, estás huyendo de la guerra, quédate aquí, te vas a pelear con nosotros, NO SE VAN A SALIR, SOBRE TODO USTEDES NEGROS”.

. «La primera víctima cuando llega la guerra es la verdad«, acuñó Hiram Johnson, un político republicano de California que sirvió en el Senado de los Estados Unidos durante casi 30 años, comenzando en medio de la Primera Guerra Mundial y concluyendo con su muerte en 1945 por coincidencia el mismo día que EE.UU. lanzó su primera bomba atómica sobre Hiroshima…No, la solución a la Guerra en Ucrania no es armar cada vez más a los combatientes para que se maten unos a otros de manera más eficiente. El Papa Francisco y Mahatma Gandhi tienen razón: “No hay camino hacia la paz. La paz es el Camino”. Oremos y trabajemos por la paz.

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