Bienaventuranzas del Ministerio de la Palabra
Algunas Bienaventuranzas creadas por los participantes del Ministerio de la Palabra de la Zona Pastoral 9 de la Arquidiócesis de Córdoba (Argentina) en el encuentro de octubre, que «podemos meditar y orar, incorporándole otras que elaboremos junto con quienes compartimos la vida y misión«.

- Bienaventurados los que entienden el mandamiento del Amor, porque harán que sus comunidades sean más fraternas y serviciales.
- Bienaventurados los que sabemos escuchar con el corazón para ponernos en el lugar del otro.
- Felices los buscadores de diálogo y consenso, dispuestos a escuchar y no imponer.
- Bienaventurados los afligidos, porque entenderán al prójimo.
- Bienaventuradas las comunidades que caminan juntas en el cuidado de los más vulnerables y de la Casa común.
- Bienaventurados los que no se conforman con lo cotidiano, sino que buscan el espacio común para cambiar.
- Bienaventurado el que sufre por estar cerca de los marginados de nuestra sociedad.
- Bienaventurados los que ponen sus dones al servicio de la evangelización porque abrirán caminos.
- Bienaventurados los que dan su vida, tiempo, sabiduría por la lucha del bienestar de la sociedad.
- Dichosos los humildes y mansos de corazón.
- Bienaventurados los que permanecen juntos con otros en la esperanza.
- Bienaventurados los marginados que no son tenidos en cuenta, porque ellos serán escuchados.
- Bienaventurados los que comparten sus talentos con amor a los demás.
- Bienaventurados los que comparten sin límites las miradas, las escuchas atentas, poniendo los talentos al servicio de la comunidad.
- Bienaventurados los que ponen todo de sí para unir la brecha social evitando la violencia.
- Bienaventurados los que salen al camino para llevar el Primer anuncio del Evangelio a todos los que aún no les llegó.
- Bienaventuradas aquellas comunidades que reconociéndose parte de la Gran Familia de los hijos e hijas de Dios saben dar lugar a aquellos más débiles y marginados, haciéndoles un lugar para que den y ocupen el lugar en la comunidad que el Espíritu les tiene preparado.
- Bienaventuradas las comunidades que escuchan, meditan, comparten, viven, oran, proclaman y testimonian el Evangelio de Jesús en salida misionera.