La grieta (Núm. 16:1-18:32)
En este Shabat 2 de Julio de 2022 del calendario gregoriano, 3 de Tamuz de 5782 del calendario hebreo, leemos en la Torá la parashá (sección) Koraj (Números 16:1-18:32):

“Coré (Koraj), hijo de Ishar, hijo de Quehat, hijo de Levi, junto con Datan y Abiran, hijos de Eliab y On, hijo de Pelet, estos últimos eran descendientes de Rubén, decidieron sublevarse contra Moisés, secundados por otros doscientos cincuenta jefes de la congregación, todos ellos jefes de la comunidad, representantes de la asamblea y personas de renombre.
Se amotinaron contra Moisés y Aharon, y les dijeron: ¡Ustedes se han excedido en sus atribuciones! Toda la comunidad es sagrada, y el Señor está en medio de ella. ¿Por qué entonces ustedes se ponen por encima de la asamblea del Señor?” (Números 16:1/3)
La rebelión de Koraj (Coré) no fue sólo la peor de las revueltas de los años del desierto. Además, fue diferente por su naturaleza, ya que fue un ataque directo a Moisés y Aharón.
Koraj (Coré) y sus rebeldes aliados acusaron esencialmente a Moisés de nepotismo (trato de favor hacia familiares o amigos, a los que se otorgan cargos o empleos públicos por el mero hecho de serlo, sin tener en cuenta otros méritos) de fracaso y sobre todo de fraude – atribuir a Dios decisiones y leyes que Moisés había ideado él mismo para sus propios fines.
Tan grave fue el ataque que se transformó, según lo sabios, en el paradigma del peor tipo de desacuerdo.
Toda controversia entablada en nombre del Cielo (justicia, verdad), logrará resultados permanentes; mas aquella que no lo es, terminará en fracaso. Las controversias entre Hilel y Shamai son el prototipo de la controversia en nombre del Cielo, mientras que la de Koraj y sus seguidores (Números 16:3) es la opuesta. (Tratado de Principios. Capitulo V. Mishna 20)
La discusión entre Hilel y Shamai: En sus debates, uno de ellos propone su decisión y el otro argumenta en contra, con el deseo de descubrir la verdad, no por contradecir o por prevalecer sobre su compañero.
Una discusión que no es en aras del Cielo es la de Koraj y sus aliados, porque quisieron socavar a Moshé, nuestro maestro, y a su posición, por envidia, rivalidad y ambición de victoria.
No argumentaron en diferencia con las ideas de Moisés, sino contra su persona.
Los sabios estaban trazando una distinción fundamental entre dos tipos de conflicto: la discusión en aras de la verdad y la discusión en aras de la victoria, sin atacar a la persona.
- Koraj y su gente, no es que quisieran una comunidad sin líderes.
- Más bien, eran ellos los que querían serlo.
La retórica de los rebeldes no tenía nada que ver con la búsqueda de la verdad y todo que ver con la búsqueda de honor, status y poder.
- – No querían aprender sino ganar.
- – No buscaban la verdad sino la victoria.
El, Koraj, conecta a la nación con la Divina Presencia.
Moisés le contestó a Koraj en los mismos términos que Koraj, mediante una demostración de fuerza.
Dios le contestó de una manera bastante diferente, señalando que el liderazgo no es autoafirmación sino humildad.
Lo que muestra todo el episodio es la naturaleza destructiva de la discusión que no es en aras del Cielo – o sea, discutir para ver quién vence.
En ese conflicto, lo que está en juego no es la verdad sino el poder, y como resultante, ambas partes sufren.
Lo opuesto es el caso de la discusión en aras de la verdad.
Si yo gano, yo gano. Pero si pierdo, también gano, porque ser derrotado por la verdad es la única forma de derrota que es también una victoria.
Hilel y Shamai buscaron la verdad, no la victoria.
Es por eso que escucharon el punto de vista de sus oponentes y los enseñaron antes de sus propias tradiciones.
En una controversia en aras de la verdad, ambas partes ganan, porque cada una de ellas está dispuesta a escuchar los argumentos de su oponente, y por lo tanto se engrandece.
En la controversia como búsqueda colaborativa de la verdad, los participantes usan la razón, la lógica, textos compartidos y una reverencia común por los textos.
No emplean argumentos agresivos, abuso, desprecio o indeseables apelaciones a lo emocional. Cada uno está dispuesto, si fuera refutado, a decir “me equivoqué.”
No hay triunfalismo en la victoria, ni enojo ni angustia por la derrota.
La historia de Koraj permanece como el ejemplo clásico de cómo una discusión puede ser deshonrada.
Las Escuelas de Hilel y Shamai nos recuerdan que hay otra vía.
“La controversia en aras del Cielo” la resolución de conflictos honrando ambas partes y utilizando la humildad en la búsqueda de la verdad.
Hilel llamado Hilel el Anciano y más conocido como Hilel el Sabio (110 a.e.c. – 10 e.c.) fue n maestro judío que sistematizo la interpretación de la Torá escrita.
Shamai fue un erudito judío (50 a.e.c. – 30 e.c.) Shamai es casi invariablemente mencionado junto a Hilel quien representaba la escuela halajica opuesta.

Amanda Adriana Arimayn. Arquitecta.
Arieh Sztokman. Rabino
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