EL OBISPO Y LA UNIDAD DE LOS CRISTIANOS: VADEMÉCUM ECUMÉNICO
Prefacio
El ministerio confiado al obispo comporta un servicio a la unidad. A la unidad de su propia diócesis y a la unidad entre su Iglesia local y la Iglesia universal. Se trata de un ministerio con un significado especial: la búsqueda de la unidad de todos los discípulos de Cristo.
Entre las tareas del oficio pastoral del obispo, el Código de Derecho Canónico de la Iglesia latina destaca claramente, la responsabilidad de promover la unidad de los cristianos: “Debe mostrarse humano y caritativo con los hermanos que no estén en comunión plena con la Iglesia católica, fomentando también el ecumenismo tal y como lo entiende la Iglesia” (Can 383 §3 CIC 1983).

El obispo no puede considerar la promoción de la causa ecuménica como una tarea más dentro de su variado ministerio; una tarea que podría y debería posponerse en vista de otras prioridades, aparentemente más importantes. El compromiso ecuménico del obispo no es una dimensión opcional de su ministerio episcopal, sino un deber y una obligación.
Esto aparece todavía con más evidencia en el Código de los cánones de las Iglesias orientales que dedica una sección especial a la tarea ecuménica, recomendando específicamente que los pastores de la
Iglesia “trabajen con celo participando en la tarea ecuménica” (Can 902–908 CCEO 1990). En su servicio a la unidad, el ministerio pastoral del obispo se extiende no sólo a la unidad de su propia Iglesia, sino también a la unidad de todos los bautizados en Cristo.
El presente documento, “El obispo y la unidad de los cristianos: Vademécum ecuménico”, publicado por el Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, se ofrece a los obispos diocesanos y eparquiales para ayudarles a comprender y cumplir mejor su responsabilidad ecuménica.
Este Vademécum responde a una petición surgida en una Asamblea Plenaria del Pontificio Consejo. El texto fue elaborado por los oficiales del Consejo, con la asesoría de algunos expertos y el acuerdo de los dicasterios competentes de la Curia Romana. Y ahora nos complace publicarlo con la bendición del Santo Padre, el Papa Francisco.
Ponemos esta obra a disposición de los obispos del mundo, esperando que en sus páginas encuentren pautas claras y útiles, que les ayuden a dirigir las Iglesias locales, confiadas a su ministerio pastoral, hacia aquella unidad por la que el Señor oró y a la que la Iglesia está irrevocablemente llamada.
Cardenal Kurt Koch Presidente